domingo, 26 de enero de 2014

Inevitable



Me refiero a lo que va más allá de toda voluntad.

A cerrar los ojos justo en el momento previo antes de un beso,

a darle la vuelta a la almohada para notarla fría en noches de verano,

al ‘cinco minutitos más’ cuando apagamos la alarma los días que hay que

madrugar,

también a lo innato de alzar la vista cuando se trata de pensar,

o a correr si vemos que el tren se nos escapa (como si fuese el único 

que va a pasar).

Hablo de la euforia al oír tu canción favorita,

o del gemido final de un orgasmo.

 
Pero también a morderme los labios si pienso en los tuyos,

mirar el teléfono de reojo, deseando y temiendo a partes iguales, 

que aparezca tu nombre, 

a pelearme con mi subconsciente cada vez que se antoja nostálgico

 y te cuela en mis sueños,

a imaginarte mirándome, pudiendo detenerme en tus ojos,

a pensar en ese abrazo nunca dado,

llevar de pijama tu camiseta favorita (tal y como prometiste),

dormir contigo en una cama en la que apenas cabe uno,

ducharme contigo o en ti,

a querer ser parte de cada milímetro de tu cuerpo.

Joder, yo lo llamo ‘inevitable’, otros dicen que se llama ‘amor’.

2 comentarios: