domingo, 7 de diciembre de 2014

Quererme y otras huidas.



Vivo en un mundo lleno de valientes dispuestos a no arriesgar.
En uno hecho de contradicciones, de las mismas que me rondan la cabeza:
  llámame, quiero decirte que no puedo quedar.

Sé que me estoy enamorando cada día un poquito más de mí cuando me masturbo y pienso en ti solamente de pasada.
Y es que ya estoy acostumbrada a no acostumbrarme.
Bésame todo lo que quieras, que al corazón no llegarás nunca.

Soy experta en que se queden y hacer que se vayan;
en llorar más porque no funcione, antes que por quién.

Se enamoran hasta que me conocen.
Y entonces,
les enseño a volar tan bien sin mí,
que se olvidan de hacerlo conmigo.

Y me sobran puntos suspensivos de todas esas historias que parecen,
pero no copulan con el ser.

Apártame el pelo mientras me besas,
sonríe a centímetros de mi ropa interior.
Haz café para dos, que no “para siempre”.

Ven, que vas a ser capaz de quererme
(y otras huidas).