Oí
hablar de ti más de mil veces, pero me vi en la obligación de comprobar
con mis propios ojos que cualquier palabra bonita que te dedicasen sería
insuficiente.
con mis propios ojos que cualquier palabra bonita que te dedicasen sería
insuficiente.
Tuve la oportunidad de recorrerte y darte algún que otro beso con sabor
a cerveza, pude ver cómo te desnudabas al anochecer desde aquel balcón
e incluso de compartir más de un secreto contigo.
Me lloviste, me empapaste, te echaste a llorar…y yo sin paraguas.
Y
sin apenas conocerme, me acogiste,
dejando que llenase de pedacitos de ti mi maleta.
dejando que llenase de pedacitos de ti mi maleta.
Aun
así, a pesar de todo lo que ya tengo tuyo, he de volver a verte.
A abrazarte y ojalá, a follarte algún día.
A abrazarte y ojalá, a follarte algún día.
A mis ojos eres única.
No cambies nunca,
Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario