La caligrafía se plasma sobre
el folio como si el bolígrafo
y mi mano tuviesen
vida propia.
No sé qué hago aquí.
Cualquier autor de renombre
te ha hecho protagonista de alguna obra.
Y yo te he escrito más veces
de las que me gustaría
y menos de las que debería haberlo hecho.
Y tú, tan
difícil,
has preferido no responder.
Quizás por no ser el momento
adecuado
(eso dicen siempre y eso quiero pensar).
El ‘ya llegará el tuyo’ ya
suena a chiste.
Chiste que me cuento a mí misma
con tantas ganas de que llegues
como de que ni aparezcas.
A veces creo que te quiero
sólo para decirte que no lo hago.
Y terminas reduciéndote a un
montón de expectativas que,
como todas,
terminan desilusionando.
Tengo un concepto de ti que
no te mereces.
Te sobrevaloro, te busco sin
(en muchas ocasiones)
tener claro
si quiero encontrarte.
He besado a desconocidos
intentando conocerte,
dejándome llevar por si
alguno de ellos lo hacía hasta ti
Todos te escriben.
Y por una vez, soy yo la que
quiere que tú me escribas, Amor.