Amor. Sentimiento intenso del ser humano que,
partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con
otro ser.
Y yo, partiendo de mi propia
insuficiencia, no sé si fue amor, pero caí.
Hablo de saberme su olor de
memoria,
de la necesidad de su corazón
latiendo en el lado derecho del colchón,
de encontrar placer en el
dolor,
de la intensidad de las
peleas, de lo perfecto de las reconciliaciones,
de que el día fuera bonito,
aunque fuese domingo,
de hacer de la bañera un
hueco más de la casa donde quererse,
de creer volar con sólo estar
encima de él,
de decirle a la soledad que
ni se atreviese a volver,
de mirarle con miedo mientras
dormía, por si despertaba –por si quería irse alguna vez-
de su mano en mi muslo
mientras conducía,
de creer que era imposible
sentir tanto,
de las charlas, de los
silencios,
de esos abrazos en los que podrías vivir para siempre,
de besos a las tantas,
de correr(nos) juntos
…
Hablo de.
Bueno, creo que todos sabéis
de lo que hablo.