miércoles, 4 de septiembre de 2013

Hablo de.




Amor. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

Y yo, partiendo de mi propia insuficiencia, no sé si fue amor, pero caí.

Hablo de saberme su olor de memoria, 

de la necesidad de su corazón latiendo en el lado derecho del colchón, 

de encontrar placer en el dolor, 

de la intensidad de las peleas, de lo perfecto de las reconciliaciones, 

de que el día fuera bonito, aunque fuese domingo, 

de hacer de la bañera un hueco más de la casa donde quererse, 

de creer volar con sólo estar encima de él, 

de decirle a la soledad que ni se atreviese a volver, 

de mirarle con miedo mientras dormía, por si despertaba –por si quería irse alguna vez-

de su mano en mi muslo mientras conducía,

de creer que era imposible sentir tanto,

de las charlas, de los silencios, 

de esos abrazos en los que podrías vivir para siempre, 

de besos a las tantas, 

de correr(nos) juntos


Hablo de. 

Bueno, creo que todos sabéis de lo que hablo.