sábado, 18 de octubre de 2014

Paso o empujón.


Hijo de puta.
 
Detesto que me hable,
pero más detesto tener la necesidad de que rompa ese silencio.

Nos he imaginado de tantas formas, que ahora lo que me cuesta es no hacerlo.
Le he tenido en mi cama sin estar, pero siendo conmigo.
Y ahora, echo de menos todos los besos que no nos hemos dado,
todas esas conversaciones que tendrá con cualquiera que le sonría más y no le complique tanto como yo,
sus manos sujetando fuerte mi cintura,
su boca bajo mi ombligo…

Echo de menos todo lo que no he tenido
(y eso, le incluye).

Ya detesto hasta  su risa a carcajadas o la infinidad de sus pestañas.
Su insistencia en que me quedara,
la misma en que me fuera.

Y es que no creo que del amor al odio haya un paso, sino más bien, un empujón.

Tampoco es para tanto,
no es tan guapo,
no le queda bien la barba,
ni ese gesto que hace al sonreír.
Bah.

Le odio.

No sé,
ojalá estuviéramos follando ahora.

6 comentarios:

  1. Muy bueno, me encanta como escribes :3 sigue así

    ResponderEliminar
  2. "Y es que no creo que del amor al odio haya un paso, sino más bien, un empujón."

    Empujones que son preludio a la violencia.

    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Empujones que más bien, son indicios para que te largues si no quieres salir perdiendo.

      Gracias por leerme.

      Eliminar
  3. Describe demasiado como me siento en este momento, joder.
    Me has calado dentro tía, eres grande.
    Escribes bonito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Grandes sois vosotros por leerme.
      Muchas gracias, de verdad.

      Eliminar