domingo, 20 de octubre de 2013

Inspiración y tú.

Ahora que sé que no vas a estar, la inspiración duerme en el hueco de colchón que me sobra.
Ese mismo que habías querido compartir conmigo tantas veces.

Y la ausencia se ríe,
como si hubiera ganado el reto entre tú y ella por ver quién se quedaría a mi lado.

Doliste t a n t o, que el concepto se queda corto y ahora padezco abandono crónico por tu culpa.

Y me odio. En un principio por la culpa de que te marcharas, ahora por permitirme dejarme a medio resolver, como el puzle con el que te empeñabas en compararme.

‘Eres preciosa. Tan misteriosa, tan mágica…’

Palabras bonitas, nada más. Y tú ibas armado de ellas hasta el cuello, llenándome de cicatrices que a simple vista no se ven, pero que escuecen -no al tacto, pero sí al sentir-.

Y me pregunto si recuerdas y te duelen todos los besos que no me diste, si en lo más remoto aún me quieres (encima de ti).

Cada día, aunque más bien justo antes de dormir, inspiración me arropa recordándome que no volverás, que ni siquiera has estado nunca.


Pero a día de hoy, me quedo con ella y con ese hueco de colchón de más, que al fin y al cabo no decidieron huir.

1 comentario:

  1. Ai jo, qué bonito y qué triste. El problema es cuando inspiración también se va, y te quedas sin saber qué escribir. Pero mientras inspiración se quede, todo será más llevadero. Menos mal que existen las palabras ^^ Esta entrada me ha encantado, no sé, me hace verla tan real, tan de verdad.. Es preciosa, en serio, genial. Un beso, espero leerte pronto.

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