Eterno
tira y afloja.
Me
obligas a torturar al folio una vez más.
Y es
que me gustaba más cuando tirabas mi
ropa interior al suelo de aquella
habitación
desordenada y que aflojáramos los
muelles de lo que aún
quedaba
de colchón.
Y en
ese vaivén podría vivir para siempre.
Tumbada
contigo. O encima de ti.
Escribiéndonos
te quieros entre lunar y lunar de la espalda.
Gimiendo
sentimientos por si se pudieran palpar.
Pero
si escribo esto es porque, quizás,
tiramos
todo esto al primer contenedor,
negándonos
a reciclar y aflojando hasta hacer
etéreo lo que parecía
inquebrantable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario