jueves, 13 de junio de 2013

Tira, pero no aflojes nunca.

Eterno tira y afloja.

Me obligas a  torturar al folio una vez más.



Y es que me gustaba más cuando tirabas mi ropa interior al suelo de aquella

habitación desordenada y que aflojáramos los muelles de lo que aún

quedaba de colchón.



Y en ese vaivén podría vivir para siempre.

Tumbada contigo. O encima de ti.

Escribiéndonos te quieros entre lunar y lunar de la espalda.

Gimiendo sentimientos por si se pudieran palpar.



Pero si escribo esto es porque, quizás, 

tiramos todo esto al primer contenedor,

negándonos a reciclar y aflojando hasta hacer etéreo lo que parecía

inquebrantable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario