Huida.
Abrió los ojos
buscando a tientas el nórdico en mitad de la cama cuando recordó que no estaba
en su casa al ver su espalda moverse ligeramente a causa de la respiración.
Su ropa interior
volvía a estar tirada en algún rincón de una habitación desconocida y es que
aquello se había convertido en rutina. Todo, con tal de no implicarse, de no
dar más, de no sentir. Sin embargo, con él parecía ser diferente y eso le tenía
algo asustada. Ya había entregado su corazón una vez y aún intentaba
reconstruir los pedazos.
Se sumió de nuevo
en sus pensamientos con respecto a él. Desde que se conocían se habían llevado
bien, pero jamás pudo imaginarse que pudiese pasar algo más entre ellos a pesar
de tener la mayoría de los factores que ella buscaba en el sexo opuesto.
Miró por la
ventana y los primeros rayos de un sol invernal comenzaban a salir. ‘No puedo
quedarme’-decidió. Aprovechó que los ojos verdes de él aún estaban cerrados
debido al sueño, rebuscó sus cosas y salió de allí.
Le latía el corazón
demasiado rápido, mezcla de los nervios y de sentimientos que ella creía que
nunca volverían a surgir.
Estaba siendo
cobarde, pero no veía otra solución. ‘Arriesgar’-le contradijo su conciencia, a
lo que ella negó con énfasis mientras metía parte de sus pertenencias en el
bolso y rebuscaba el móvil.
Cinco minutos más
tarde ya estaba fuera de allí.
Pasaron varias
semanas y el estar de exámenes finales apenas le dejaba tiempo para pensar lo
que, en parte, agradecía.
Aquel viernes era
la fecha de su último examen y con ello el comienzo de las vacaciones de
Navidad.
Dio un pequeño
salto para ajustarse los vaqueros y terminar de abrocharlos, cogió la mochila y
los apuntes y salió de casa con prisa para no perder el autobús.
‘Por fin libre’-suspiró
aliviada al mismo tiempo que recogía sus cosas y entregaba el examen al
profesor. Iba a irse cuando se lo encontró, a él, frente a frente en aquel
enorme pasillo; normalmente atestado de estudiantes y, en aquel instante, vacío,
como si el destino lo hubiese querido así. Decidió que aquel momento era para
quedarse, no quería volver a huir.
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