lunes, 25 de agosto de 2014

Basta.


Lo tengo todo,

no quiero nada.

(Aunque la mayoría de veces, suele ser al revés).

 
He perdido las ganas de encontrarme 

y de que alguien me busque.


Pienso de más, siento en exceso 

y, entre tanto, reconstruyo los pedazos 

de mí misma con historias suicidas 

sin punto y final.


Es como una misma historia que no para de repetirse: 

vienen, prometen, se van.


 Y termino por huir, desconfiando del que 

acompaña las palabras de hechos,

refugiándome en la nostalgia 


de todo aquello que no me deja avanzar.


“No quiero que haya nadie, quédate, no voy a implicarme…

Déjame en paz o bueno, mejor no me dejes.”


Las lágrimas ya no sirven 

y el optimismo resbala con ellas sobre mi cara.


Ya no sé cuántas han sido las veces 


que he vuelto a emprender el vuelo 

y me han cortado las alas en la insistencia 

de planear conmigo y luego alejarse en

otra dirección.


Basta.

Ya no hay hueco para nadie más que no sea yo.

4 comentarios:

  1. Ojala que nadie te corte las alas nunca más. Me gusta mucho el texto!!!

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  2. Respuestas
    1. Pues que te guste a ti es todo un orgullo, pequeña.

      Muchas gracias, GUAPA.

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