miércoles, 28 de agosto de 2013

Rutina, sin más.

Hizo lo posible por distraerse, por no tener que enfrentarse al folio, pero cuando las palabras presionan, justo ahí, entre estómago y garganta, mejor soltarlas a tiempo.

Y por primera vez en mucho, quizás demasiado tiempo, no escribía por nadie que no fuera ella.

No, no sonriáis aliviados; si es difícil escribir cuando alguien te pesa, imaginaos cuando ese alguien sois vosotros mismos. Qué lastre no tener nadie a quien echar la culpa de tu mal humor, de tu enfado del día y de falta de apetito.

Rutina, sin más.

Te levantas pensando que ojalá pronto sea de noche para volver a dormirte y las agujas del reloj se te clavan entre las uñas, recordándote que el paso del tiempo también duele.

Y quizás algún día sales y ríes porque toca y no porque te salga, costando cada vez más que alguien o algo capten tu atención como aquella persona que alguna vez lo hizo en demasía.


Listones y expectativas demasiado altas.

1 comentario:

  1. Hola hola! Acabo de llegar a tu blog y he decidido quedarme :)
    No se yo a quien me recuerda eso de escribir por uno mismo.... en fin, que qué mejor que desahogarse con el papel- que ni te critica o replica, y escucha mejor que nadie a veces.
    Un besito desde http://hoyvoyaescribirtesinningunmotivo.blogspot.com.es/ y sigue escribiendo que lo haces muy bien ^^

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